Un mundo en transformación
Efectos
Los efectos del cambio climático ya se perciben en todos los continentes, y se prevé que serán más frecuentes e intensos en las próximas décadas.
Los países y las regiones se enfrentan a problemas distintos.
Estos cambios en el clima tienen la capacidad de transformar nuestro mundo y afectar al suministro de alimentos y agua, y a nuestra salud. Cuanto mayores sean los problemas, más difícil y costoso será resolverlos, por eso la mejor opción es actuar sin demora para combatir el cambio climático.
¿Cómo medimos el cambio climático?
Las muestras de hielo tomadas en las profundidades de la Antártida contienen burbujas de aire de hace 650 000 años. Nos informan sobre los niveles de gases de efecto invernadero en el pasado y revelan que las concentraciones de CO2 y metano en la atmósfera eran muy inferiores a las de hoy.

Los anillos de los árboles son el registro de su crecimiento en un año. Los científicos estudian los anillos en árboles muy viejos para descubrir cómo ha cambiado el clima con el tiempo. Por ejemplo, cuando el tiempo ha sido frío o seco, los anillos son más finos.

En el observatorio del volcán Mauna Loa de Hawai, EE. UU., se han medido los niveles de CO2 en la atmósfera desde 1958. Las mediciones tomadas en un lugar tan remoto, sin alteraciones del aire, son un buen indicador de los niveles globales de CO2.

Las imágenes de satélite se pueden utilizar para mostrar los cambios en la capa de hielo de los mares Ártico y Antártico durante un período de tiempo.

La mala noticia
Los científicos coinciden en que el planeta se está calentando más rápidamente que nunca debido a la enorme cantidad de gases de efecto invernadero que se vierten en la atmósfera. Esto es consecuencia de actividades como la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), el uso de automóviles y la tala de los bosques.
Muchos de nosotros hemos visto, e incluso experimentado, los efectos del cambio climático. Pero no se trata solo de sucesos climáticos extremos, como las inundaciones, las sequías y los huracanes. Los cambios más lentos y menos notables en nuestro clima tienen el potencial de alterar por completo nuestra forma de vida.
La buena noticia
La buena noticia es que en diciembre de 2015, en París, 195 países (prácticamente todo el mundo) alcanzaron el primer acuerdo global legalmente vinculante para abordar el cambio climático. En la UE y en todo el mundo, gobiernos, empresas y personas contribuyen para corregir las causas y adaptarse a los cambios que trae consigo.
Todos tenemos una función que desempeñar porque el cambio climático es un problema mundial que nos afecta globalmente.
Todos compartimos un planeta y los cambios que hacemos en un lugar pueden notarse en otros muy alejados. Se podría decir que nuestro comportamiento deja una impresión duradera, una especie de huella. Por eso, mediante nuestras acciones y elecciones, cada uno de nosotros podemos tomar medidas para que las huellas sean más pequeñas y ayudar a frenar el cambio climático.
Un tiempo extremo debido al cambio climático

Cómo…
Haz clic en el mapa interactivo para ver ejemplos de anomalías relacionadas con el clima que tienen lugar en todo el mundo.
Los océanos en primera línea
Elevación del nivel del mar
Entre 1901 y 2010, el nivel medio del mar aumentó unos 19 cm en todo el mundo, y son dos las razones principales: la primera es que a medida que el agua se calienta, se expande y ocupa más espacio. La segunda es que el calentamiento global acelera el deshielo de los glaciares y las capas de hielo gigantes de Groenlandia y la Antártida, lo que agrega más agua a los océanos.
El aumento resultante del nivel del mar provoca inundaciones en las costas bajas y amenaza con sumergir algunas islas por completo.
El aumento del nivel del mar también puede dañar importantes ecosistemas costeros, por ejemplo, los manglares, que son refugios seguros para los peces jóvenes y otra fauna porque les protegen de las tormentas que erosionan las costas. Y cuando el agua salada penetra en la tierra, saliniza los acuíferos y estropea el suelo, lo que impide los cultivos.
Islas amenazadas
¿Te imaginas cómo se vive sabiendo que, un día, tu casa puede quedar sumergida bajo las aguas?
Las Islas Marshall, en el norte del Océano Pacífico, constituyen uno de los países insulares más vulnerables del mundo porque gran parte de su territorio se encuentra a solo tres metros sobre el nivel del mar.
Los científicos dicen que un aumento local del nivel del mar de solo 80 cm podría sumergir dos tercios de las islas.

Océanos más cálidos
El cambio climático también tiene un gran impacto en los océanos del mundo. Los océanos han absorbido más del 90 % del calor adicional de los cambios atmosféricos causados por nuestras actividades en los últimos 40 años.
Esto significa que la atmósfera no se está calentando tanto como podría, pero sin duda los océanos sí lo están haciendo. Especies como los peces, los camarones, las ballenas y el plancton (organismos diminutos de los que se alimentan los peces) reaccionan ante el agua más cálida migrando hacia los polos, donde está más fresca.
Sin embargo, el pequeño kril (parecido a un camarón), que sirve de alimento a los peces y las ballenas, se reproduce mejor en agua fría. Agua más cálida significa menos krill y menos peces. Los arrecifes de coral, que albergan más del 25 % de toda la vida marina y donde se crían muchos peces, también defienden su supervivencia cuando el agua se calienta demasiado.
Los océanos absorben alrededor de una cuarta parte del dióxido de carbono que liberamos cada año y el aumento de los niveles de CO2 significa mayores cantidades de gas almacenado en los mares. Esto ayuda a regular el clima, pero está modificando el equilibrio químico de los océanos.
Las aguas son cada vez más ácidas, algo perjudicial para la vida marina, en concreto para las criaturas con conchas, como las langostas, las ostras y los corales.
Esto suscita especial preocupación dado que ocupa el primer lugar en la cadena trófica de numerosas especies.
El cambio climático afecta gravemente a la fauna
La cadena trófica polar, amenazada
Muchas especies terrestres y marinas han emigrado a otros lugares. Algunas de ellas correrán mayor riesgo de extinción si no se toman medidas para limitar el cambio climático.
Los depredadores polares de mayor tamaño, como las focas leopardo y los osos polares, necesitan de las pequeñas algas que crecen bajo el hielo para sobrevivir. Estas algas son el comienzo prácticamente de todas las cadenas tróficas polares. El plancton come algas, los peces pequeños, el kril y otras criaturas comen plancton, y así sucesivamente en la cadena trófica de los peces, los pingüinos y las focas. Con la disminución del hielo en los mares Ártico y Antártico, estas cadenas tróficas se están rompiendo.
¿Y cuáles son las consecuencias para los seres humanos?
El cambio climático ha ocasionado alteraciones permanentes en la Tierra que modifican cada vez más nuestra forma de vida.

Mosquitos peligrosos
Los cambios en el clima también conllevan que ciertos insectos que antes vivían en una región invadan ahora otros lugares.
La picadura de algunos mosquitos transmite enfermedades como la fiebre amarilla, la fiebre chikungunya, el dengue y la malaria. Originalmente, estos insectos vivían solo en las zonas tropicales, pero ahora algunos viven y se reproducen en el sur de Europa porque el clima es más cálido.
Menos alimentos, más problemas
El calor abrasador y la falta de agua son una combinación desastrosa para los cultivos y el abastecimiento mundial de alimentos. Las plantas necesitan agua para sobrevivir y, sin plantas que comer, el ganado también muere de hambre. Cuando la capa superior de tierra del campo de un agricultor se seca, se hace polvorienta y se la lleva el viento, llevándose también sus nutrientes vitales para las plantas.
El resultado es una disminución de los alimentos, lo que supone un gran problema porque la población mundial pasará de los 7000 millones actuales a 9000 millones en 2050, y necesitaremos más alimentos, no menos.
Nuestras provisiones de alimentos también se ven amenazadas por los efectos negativos que el cambio climático ejerce en las abejas y otros polinizadores. Todo esto significa que necesitamos prevenir el cambio climático tanto como podamos, al tiempo que modificamos la agricultura para adaptarla a un clima cambiante.
LA CIUDAD QUE SE HUNDE
Los soportes de madera sobre los que se asienta la ciudad de Venecia están hundiéndose en el barro de la laguna de escasa profundidad que forma parte del mar Adriático.
El efecto combinado de esto y el aumento del nivel del agua de la laguna, que incrementa unos 2 mm cada año, provoca una subida anual del nivel del mar de 4 mm.
Las frecuentes inundaciones dañan edificios históricos, bloquean caminos y perjudican el turismo.
Sin embargo, actualmente se está ejecutando un proyecto para instalar 78 puertas de acero que protegerán la ciudad de inundaciones de hasta 3 m. Además de estas puertas, Venecia también recibirá protección adicional gracias a la restauración de las salinas, que actúan como barreras naturales contra la subida del nivel del mar.
Como puedes ver, la situación no es óptima ni para el planeta ni para las personas... Entonces, ¿qué soluciones tenemos?